domingo, 21 de julio de 2013

Parte I-II Fly With The Gold.

Fly With the Gold Parte I-II. Pág. [130-132]

En este punto de la novela, todas las personas involucradas en la trama se han reunido, y están investigando cómo realizar su robo.

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Por esa razón, esta mañana  cuando miró el patio trasero, al final confirmó que no se produjeron cambios en la valla de hierro ni en el vertedero de basura.

—Esta noche, vamos a intentar ir de una vez —dijo Momo.


—Está bien. ¿A qué hora?


—Tres.


— ¿Qué necesitamos?



—Necesitaremos una cuerda esta noche para ir más allá de la pared. Luego abriremos la cerradura, pero con una herramienta específica. Sería malo romperla. Además necesitamos, una cámara de bolsillo y guantes de látex. Eso es todo.


Kouda y Momo casualmente volvieron  al mismo camino y se dirigieron a Tosabori Promenade. Eran las 6:30 am. Dos o tres vagabundos ya se habían levantado.  ¿El abuelo aún o estaba listo? Kouda inconscientemente lo buscó con la mirada fija en la orilla opuesta del río Tosabori. Durante ese tiempo, Momo, que caminaba varios metros más adelante, desapareció.


Momo estaba agachado escondido por los arbustos al lado de Higo Bridge. Estaba mirando el lado este del puente de Nishiki, no más de 10 metros de donde estaba. Vio dos cabezas con pelo corto sobre los carriles de piedra del puente de Nishiki. Eran un hombre y una mujer. Con una mirada, sabía que la señora era Mie-chan. Nunca había conocido a ese hombre, pero no había duda de que era el hijo del consejero delegado de la compañía de crédito al consumo llamada Kunishima.


La pareja inmediatamente cruzó el puente de Nishiki y desapareció en dirección a Tosabori. Kouda no podía asegurarlo desde su posición, pero ya que no aparecieron en Yotsuhashi Street, ellos se habían ido probablemente hacia Yodoya Bridge.


Cuando las dos figuras no podían ser vistas, Momo se puso de pie. Volvió la cabeza una vez, en busca de los ojos de Kouda, luego comenzó a cruzar el puente Higo solo. Kouda aceleró ligeramente.


— ¿Qué has visto? —Preguntó Kouda.


Momo dijo inexpresivamente— Yo sé sobre ese hombre y, El me vio matar a mi hermano...

— ¿Él te vio...?
Kouda miró la cara de Momo de nuevo, pero por supuesto, no había ninguna expresión en ella. Tenía su familiar única forma de cerrarse, nacida con la tenue luz del amanecer, fuera de ámbito con el pueblo. 


¿Desapareció con la salida del sol?

Con los rayos de sol, Momo se había convertido de nuevo en alguien que no conocía.

—Momo-san. Conozco a esa chica. Ella vive en el lugar junto al tuyo.


—Yo no la he visto una vez...


—Parece que ella no vuelve mucho a casa. Escuché que el hombre y la mujer han estado actuando extraño desde finales de agosto.


—... El día en que vio el asesinato. Probablemente me confundió con un gángster y salió corriendo sin decir nada. Pero vi su cara. La mujer probablemente ha escuchado la historia del hombre también. Con ese tipo de expresión...


—Probablemente.


Kouda dio una respuesta vaga. La historia que Mie-chan había oído era la verdad. El día de la fiesta de cumpleaños, Noda había oído la historia. El viejo también. Entonces, Kitagawa y él mismo habían oído a través de varios  rumores.


No era como si él se hubiese quedado callado. La verdad era que se había olvidado de Momo asesinando hasta ahora. Era porque había quedado atrapado en acampar y hacer el reconocimiento, que se vio absorto en su carácter teñido por el robo profesional. ¿De verdad había estado tan excitado que se había olvidado sobre el asesinato?


¿Cómo había podido olvidar que Momo había cometido un asesinato? Kouda no entendía su propio pensamiento. Mientras miraba sus propios dedos sucios, recordó bruscamente su disgusto. De repente pensó en excusarse de esta noche acampando.


—Momo-san. Vamos a cancelar el trabajo de esta noche. No me siento a la altura.
Kouda arrojó el jugo, andando hacia la carretera. Se quitó la camisa, tan bueno como un trapo, y lo tiro lejos también. Luego regresó a su apartamento en Utsubo sólo con su camiseta, y de allí, se fue a trabajar en Suita.

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