sábado, 26 de julio de 2014

Anhelo de ti. By: Izuru.



To me. XDD Hola comparto el obsequio que me otorgo mi querida amiga Izuru con ustedes!! El día lunes 21 de Julio fue mi cumpleaños y me dio un bonito fanfic con 3 bonitos posters impresionantes!! me encanto y estoy muy, muy agradecida :3 amo estos regalos jejeje xD Así que gracias Izuru chan ;D eres super duper genial y encantadora!! me alegra mucho conocerte y aprecio enormemente el detallazo!!  Gracias al resto de holics que me felicito :D abrazos! y besos!!




Título: Anhelo de ti. 
Pareja: ChangMinho
Extensión: 3 partes
Sinopsis: Entre nosotros existe un abismo, pero depende de nosotros sobrevivir a él.

Primera Parte

No debía mirarlo; por ningún motivo sus ojos debían buscar los de la otra persona con la que anhelaba estar ya que podrían descubrirlos y eso era algo demasiado peligroso.

Todo era tan complicado; en un acto de inseguridad lo único que deseaba era tocarlo y comprobar la siquiera posibilidad de que él seguía siendo tangible para sus manos, estar a su lado con toda la plenitud de su ser.

Minho buscó refugio en la conversación que supuestamente sostenía con Key y Onew, pero su mente siempre estaba lejos o más bien del otro lado del estudio de grabación y  específicamente en ese hombre endemoniadamente alto, atractivo y de carácter variable pero que le robó el corazón. Frunció ligeramente el ceño pero casi instantáneamente después relajó su expresión, sonriendo como lo había hecho toda la vida.

Changmin pudo sentir la mirada de aquel joven y de forma apenas fugaz le correspondió hasta que Yunho reclamó su atención e incluso le hizo alejarse más. El incremento en esta distancia le hizo sentirse triste, molesto, frustrado.

Pero debía ser así… ¿Realmente… debía?

Había demasiado de por medio: sus sueños, aspiraciones, logros, pero sobre todo, no eran sólo ellos, sino también sus respectivos  compañeros. No podían simplemente arrojarlo todo por la borda; tenían responsabilidades que cumplir con los demás y consigo mismos. Aun así, era doloroso e injusto.

El mayor evocaba el suave y delicioso sabor de esos abultados labios sobre los suyos, aquella enorme y radiante sonrisa de niño travieso; el brillo infantil, sincero y melancólico de sus ojos en los que podía leer tantas cosas con mirarlo fijamente, las cuales jamás expresaba del todo pero era capaz de percibirlas, el aterciopelado tacto de su piel, el calor que emana de sus brazos cuando lo rodea con ellos en un amistoso abrazo lleno de amor. La agobiante opresión de su pecho aumentó ante ese cúmulo de pensamiento que simplemente le perturbaban más.

Minho dejó salir de su boca un pequeño pero profundo suspiro que se mantenía en su pecho sofocándolo; para su sorpresa esto aligeró el peso que sentía sobre sus hombros e incluso se permitió sonreír aunque fuese un instante.

No habían cruzado una sola palabra en ningún momento y su proximidad se había limitado a estar en el mismo lugar.

***

En la penumbra apenas delineada por la poca luz que entraba a través de la cortina, acostado en la cama, el más alto de los miembros de SHINee observaba la visión infinita que le daba el techo de su habitación.

De nuevo suspiró, esta vez como una especie de “resignación silenciosa”, pero si continuaba de esa forma seguramente en algún momento su alma escaparía en una de esas exhalaciones.

Debía ser así.  Pensó cerrando los ojos sin darse cuenta.

La noche estaba en la mitad de su tiempo y Minho comenzó a removerse algo incómodo entre las sábanas hasta que las apartó completamente de su cuerpo. Diablos, susurró por lo bajo. No había necesidad de abrir los ojos pues era más que obvio el “problema”. Durante unos segundos la quietud reinó en el lugar hasta que su mente le trajo la imagen del hombre que amaba y encendía su deseo.

Minho… pudo escucharlo tan claramente en su oído como si en ese instante Changmin se encontrara ahí, con sus piernas y brazos a cada lado de su cuerpo, creando, no una barrera, sino un escudo que le proporcionaba seguridad.

Flexionó un poco la pierna derecha como una invitación a la presencia imaginaria de Shim y con la mano izquierda acarició primero su cálido abdomen por debajo de la playera delgada que usaba para dormir, después subió lento hasta detenerse en uno de esos botones rosados que en otros momentos  y lugares el más joven de TVXQ había torturado con su sensual y cálida boca.

Minho se mordió el labio intentando reprimir un gemido que apenas se gestaba desde el fondo de su garganta ante la visión tan erótica que le proporcionaban sus recuerdos, pero que en el momento habían sido una realidad tangible. Su mano derecha bajó lento acariciando el suave interior de sus muslos en el camino a su erección y la rodeó con firmeza e inició aquel movimiento rítmico que solamente alimentaba su pasión frustrada.

En la mente del chico del carisma flameante, renacían las imágenes del mayor y él haciendo el amor, a veces de forma tierna, otras, sensual y otras más apasionado.

El ritmo fue en incremento en su parte baja; sus muslos se mantenían tensos al igual que su torso ante la expectativa de una pronta liberación,  los pies se hundían en el colchón y el pulso se aceleraba junto con la respiración.

Buscaba enfocarse en todos y cada uno de los momentos de intimidad, pero incluso su mente perdía la capacidad para ser coherente, aun así, su cuerpo evocaba el recuerdo de sus pieles llenas de calor sofocante y  sudor; las embestidas del otro, el sabor de la boca ajena y la voz que pronunciaba su nombre antes del éxtasis.

La culminación llegó como una luminosa ola de placer exquisito que lo cegó y le hizo olvidar todo por unos instantes; el gemido fue un canto reprimido y segundos después el llanto surgió desde el fondo de su alma adolorida sofocando las pulsaciones del orgasmo que aún le recorrían. Sentía que moriría si seguía en esa situación.

Changmin-ah… te extraño. Suspiró en su confuso llanto. 


Segunda Parte

Yunho le hablaba sobre la presentación y los preparativos de la misma, pero su mente estaba bastante lejos de todo eso y el líder lo sabía.

Minho estaba, de nuevo, a unos metros y deseaba hablarle, ni siquiera él podía decir cuánto,  pero si estaban demasiado tiempo juntos – aunque para ellos nunca seria así – comenzaban a ser ajenos de su entorno; la intimidad, caricias y el deseo incrementaban sin ser conscientes de ello y esto lo hacía peligroso. 

No podían darse ese lujo.

Pero debía ser así. Tenemos responsabilidades.

Y Changmin sintió rabia hacia la sociedad, Yunho, las obligaciones, incluso hacia sí mismo, a todo. Por culpa de ellos no podía ir y tomar la mano de su delgado y alto amante y decirle lo que sentía por él para borrar de su expresión ese pesar tan notable; la nostalgia por esa mirada tan expresiva y el calor que sus brazos le proporcionaban.

El odio a su propia cobardía sólo pudo incrementar.

La falta de concentración del castaño se vio reflejada en su estrepitosa caída al final de la canción “Something”. Yunho rápidamente le ayudó a levantarse, pero en el suelo había dejado su orgullo y la poca resistencia mental que le quedaba.

-          Iré solo al estreno de la película – anunció de improviso el líder con una expresión que nadie supo descifrar del todo.

-          ¿Eh? ¿Por qué? – preguntó el manager, quien de pronto dejó a un lado la agenda electrónica que revisaba durante el trayecto de regreso a las respectivas viviendas de los chicos.

-          Changmin puede que no lo diga, pero a caída le ha provocado una pequeña lesión que le molesta y con la grabación de “Cool Kidz on The Block” también ha exigido de más a su cuerpo – explicó ante la atenta mirada de sus acompañantes.

-          En eso tienes razón, creo que será lo mejor. Podemos decir que tuvo otras actividades.

Y así quedó decidido ante el silencio del implicado.

Changmin se despidió secamente cuando llegaron a su departamento. Estaba molesto por la “arbitraria” decisión de Yunho sin siquiera preguntarle. ¿Lo estaba excluyendo? ¿Acaso ahora era una carga?

Los pensamientos que lo invadían lograron enojarlo aún más mientras caminaba a la habitación para cambiarse de ropa y justo en ese momento su celular le anunció la llegada de un mensaje de texto:

Tienes que llamar y después ver a alguien.
Sé que es difícil. ¡Ánimo!
Nos veremos después. ^_^/

El menor se sentó en la orilla de la cama, su cuerpo pesaba horriblemente obligándole a mantenerse encorvado, las emociones fluían desde su estrujado corazón hasta su cerebro y viceversa.

Gratitud, culpa, cariño.

Ese hombre mayor que él, de a veces actitud demasiado infantil, se preocupaba como nadie por su persona, estaba siempre pendiente aunque pareciese lo contrario al mostrarse despreocupado y distraído. Así era su personalidad.

Te odio Jung Yunho, declaró al aire, aunque sabía mejor que nadie que eso era mentira, como si alguien pudiese escucharlo.

Y las emociones contenidas se sumaban a las emergentes en ese momento comenzando a desbordarse en su corazón y a través de sus ojos en forma de cálidas, transparentes y grandes lágrimas.

Gracias hyung, dijo apenas con un poco de aliento.

Minho-ah… te amo, pronunció en ahogados sollozos que herían su orgullo, pero que en ese momento le importaba un carajo. 



Tercera Parte

Onew sostenía entre sus manos el celular, recién acababa de recibir una llamada y procesaba la información en su cabeza, no porque le costara entenderlo o asimilarlo; más bien hacía cálculos de tiempo e inventaba excusas, este proceso le tomó una fracción de segundos y después se dirigió a donde estaban los demás miembros de SHINee.

-          Minho – Toda la atención quedó en el líder.

-          ¿Qué sucede? – Lo miró con preocupación.

-          Ve al estacionamiento en 5 minutos – ordenó simplemente.

-          ¿Eh? ¿Por qué?

-          Sólo hazlo – respondió tajante; no quería dar información. Debía ser sorpresa.

Minho se levantó confuso, pero ante la firme orden del líder no se atrevió a objetar y después de tomar sus objetos personales, se puso los zapatos y salió.

Caminó sin mucho ánimo hacia el estacionamiento hasta que se detuvo en seco al ver a cierta distancia, no sólo el automóvil particular de Changmin, en el cual había viajado muchas veces, sino también al propio cantante parado al lado, quien miraba, los que al parecer eran los zapatos más fascinantes de jamás hubiese visto, ya que no despegaba la vista de ellos mientras resguardaba las manos en el grueso abrigo negro de un corte muy elegante del mismo color que el resto de su ropa exceptuando la gruesa y larga bufanda de color gris suave.

La bufanda que él le había regalado.

Su corazón saltó de la emoción iniciando una desbocada carrera que lo hacía latir de forma casi salvaje, podría jurar que era capaz de sentir la sangre recorrer cada una de sus venas a una velocidad peligrosa, con las pupilas dilatadas ante la visión de aquel hombre que lo había enloquecido desde su primer encuentro.

Haciendo uso de todo su autocontrol, siguió caminando con paso normal, casi indiferente, de la misma forma con la que había cruzado la mitad del estacionamiento. No podía delatarse.

Un leve sonido salió de su garganta al aclararla para llamar la atención de Changmin, la cual todavía estaba siendo robada por esos zapatos de aparente costosa marca. El hombre de piel caramelo levantó la vista al instante con gesto impresionado que daba a entender que no esperaba su presencia; como algo que de verdad no estaba planeado.

La decepción no pudo florecer en su totalidad ya que en poco segundos el mayor le dedicó una enorme y radiante sonrisa. Avergonzado, le saludó de manera casual.

-          Hace tiempo que no te veía.

-          Si, tienes razón. – Ahora era su turno para regalarle una enloquecedora sonrisa.

Los dos artistas comenzaron una breve conversación mientras cuatro cabezas asomadas detrás de un enorme pilar los vigilaban.

-          Creí que en cuanto lo viera se arrojaría a sus brazos – comentó Onew con tono decepcionado.

-          Se está reprimiendo porque es un lugar público – explicó Key.
-          Bueno, se desquitarán tenido sexo salvaje en el departamento de Changmin hyung - . Todos miraron a Taemin.

-          ¿Tú crees que sea salvaje? – preguntó Jonghyun.

-          Si, ambos son muy pasionales, aunque se muestren calmados, entre ellos es diferente – explicó el más joven de todos.

Regresaron su atención a la pareja cuando escucharon el ruido de las puertas del auto al cerrarse con un sonido sordo.

Changmin manejaba con calma, siempre mirando el camino, pero su mente era un caos de pensamientos. Por su parte Minho se sentía feliz y relajado la vez que emocionado como un niño, miraba el paisaje que se presentaba momentáneo y que después dejaban atrás al igual que las personas que caminaban en la banqueta.

Ninguno decía una sola palabra. No eran necesarias.

Para cuando llegaron al departamento del más alto, todavía faltaban un par de horas para que fuera medio día; el suave sonido del motor se calmó cuando el conductor sacó la llave del encendido y todo quedó en absoluto silencio. Ambos se quedaron sin decir o hacer nada, disfrutando de la presencia y cercanía del otro.

-          ¿Vamos? – preguntó el castaño al menor.
-          Si…

Los pasos sincronizados resonaban en el pulido suelo del edificio de estilo moderno que a esas horas se encontraba desierto. El silencio y la calma eran casi estridentes pero no incómodos, incluso era reconfortante.

Minho terminaba de quitarse los zapatos y ponerlos en la entrada cuando Changmin lo hizo voltearse sujetándolo con firmeza pero sin lastimarlo.

Parecía que el silencio era el tercero en discordia debido a que se hacía presente de nuevo. El agarre del mayor perdió fuerza pero no cambió la postura.

-          No sabes, no lo sabes… cuánto te extrañé – pronunció el pelinegro avergonzado pero si apartar la vista de esos ojos color chocolate; su voz se había quebrado con esas simples palabras y el llanto de alivio que tanto deseó sentir se gestaba en sus ojos.

-          Créeme que lo sé, yo también te extrañé, demasiado… - lo atrajo a su cuerpo, la cercanía mitigaba enormemente el punzante dolor en su pecho, acarició con suavidad la mejilla del menor que había sido marcada con un sendero cristalino de una lágrima reciente.

Changmin delineó los suaves y  gruesos labios de su joven amante y le besó. A través de ese contacto sintieron la vida recorrer sus venas que les proporcionaba el aliento ajeno y aunque pausado hasta casi parecer precavido, duró sólo un momento, pero fue suficiente para calmar provisionalmente a sus atormentados corazones.

Sin esperar mucho el castaño lo tomó de la cadera e introdujo la mano por debajo de las ropas del menor y acarició la suave y cálida piel de su espalda reconociendo su tacto, las curvas que delineaban su estructura y el embriagante olor que despedía. Minho  tembló ante el contacto que tanto ansiaba y el contraste de sus temperaturas entre la mano fría del otro y su cuerpo resguardado por la ropa.

Los besos eran sedosos, cargados de necesidad pero también un erotismo torturador, como si la espera anterior no hubiese sido lo suficientemente dolorosa, ahora se sumían en un aletargado y masoquista rito de reconocimiento de labios, recordaban su forma y textura, como si en realidad lo hubiesen olvidado y a través del tacto que adquiría cierta fuerza y pasión los recuerdos fueran la existencia misma.

Aturdido, Minho se obligó a detenerse y con la poca cordura que recuperó ante la intoxicante  presencia del otro, pidió ir a la recámara con apenas algo de coherencia en sus palabras. Changmin sólo sonrió aliviado al escuchar la petición, ya que, por un momento pensó que había sido demasiado agresivo y creyó haber arruinado el tan esperado reencuentro. Precipitó una dulce lluvia de besos en el rostro de Choi y sin avisar lo cargó entre sus brazos al igual que la clásica imagen femenina.

-          ¡Oye! ¡Espera! ¡No soy una chica! – reclamó con un falso aire de molestia y vergüenza verdadera.

-          Tienes razón – coincidió el más alto en tono burlón y nuevamente de improviso lo puso sobre su hombro igual que un fardo.
-          ¡No me refería a eso! – exclamó pataleando ligeramente y apretando los puños en la camisa del otro a la altura de la espalda pues temía caer.

En el trayecto, el castaño se extrañó al sentir que Minho no se movía, incluso se preocupó y ese sentimiento fluyó con más fuerza al notar que el menor estaba llorando silenciosamente después de soltarlo con suavidad en la cama.

-          Perdón, no quise hacerte enojar. Era un broma – pidió disculpas al tiempo que se posicionaba a horcadas sobre él y limpiaba con el pulgar las frágiles y brillantes lágrimas que se desbordaban de sus grandes orbes.

-          No es por eso, yo… sólo estoy feliz por estar contigo de nuevo – explicó con un leve hipo mientras le observaba con ojos llorosos.

Changmin suspiró contento y acercó sus labios para besar las húmedas mejillas, ahora con un gusto ligeramente salado, después la boca que se ofrecía a él tentadora, seduciéndolo. Viajó a su cuello acariciando con la nariz el camino de piel y aspiró el aroma que exudaba, sus movimientos eran similares a los de un gato; curioso, sensual, lento, pausado.

Las manos de Shim continuaron con la tarea interrumpida momentos atrás y volvieron a colarse debajo de la chamarra y playera, pero ahora eran cálidas, aun así hicieron estremecer al pelinegro irguiendo sus tetillas; ante esto el mayor subió las prendas hasta quitárselas y antes de atrapar entre sus dedos aquellos botones rosados se despojó de la parte superior de sus vestimentas.

Los gemidos no se hicieron esperar, hacían a sus vientres contraerse para entonar esas melodías de la intimidad compartida. Changmin recorría aquel cuerpo con sus labios para dejar impresos en el su deseo, lascivia  y amor; Minho se dedicó a transitar con los dedos las colinas marcadas y fuertes de los hombros, la musculosa y ancha espalda y parte de su torso y abdomen; rozaba sus muslos contra las caderas del otro logrando una placentera fricción entre sus excitados miembros ocultos todavía pero evidentes en su despertar.

 Shim llegó hasta su ombligo e introdujo aquel húmedo y rosado músculo para después desabrochar el cinturón seguido del pantalón e inmediatamente los deslizó recorriendo aquellas largas piernas y los arrojó a un lado. Acarició aquello pilares de mármol suave como si fuesen seda con toque firme y después de satisfacer su gusto por esas colinas nevadas llegó a la excitación de Choi. No esperó y lo introdujo de lleno en su boca; Minho soltó un gemido placentero ante la húmeda acción, las piernas comenzaron a temblarle ante la expectativa del orgasmo otorgado por el deleite que se iba acumulando en su centro.

Un gemido más profundo le indicó a Changmin que el más joven estaba a punto de alcanzar la culminación, así que sin previo aviso se detuvo y volvió para mirar el agitado desastre que era el pelinegro. Sin decir algo, el mayor utilizó el líquido pre-seminal como lubricante e introdujo el primer dedo; una leve queja fue emitida, pero la embriaguez del deseo era mayor que cualquier otra cosa; el segundo dígito provocó que Choi se mordiera el labio produciendo un color carmesí más fuerte.

El movimiento de caderas al ritmo de su mano le hizo saber que Minho estaba preparado para recibirlo y se colocó mejor entre aquellas hermosas piernas que volvió a acariciar con predilección, desde el interior de sus suaves muslos hasta recorrer la longitud firme hasta sus tobillos y de regreso.

La intromisión fue dolorosa para ambos, el tiempo les recordaba cuánto era lo transcurrido desde la última vez que habían compartido la misma cama, pero eso no era importante; ahí estaba la piel, el deseo, la lujuria, el amor, la esperanza y el anhelo y sólo eso necesitaban la existencia del otro para no sucumbir ni siquiera ante sí mismos. Ahora lo entendían.

Comenzaron una danza fogosa, acompañada de la musicalidad de las súplicas por mayor contacto que  en un lenguaje incoherente fluían por sus gargantas. Una fina capa de sudor los cubría con los cabellos húmedos y pegados a la frente, otorgándoles un brillo sobrenatural, apenas suficiente para calmar el ardor de la sangre palpitante en sus venas.

Changmin se movía fuerte y certero contra las caderas de Minho, disfrutaba del impúdico sonido que lograba entre cada choque; sus largos dedos se aferraban a su cuerpo; por su parte el menor rodeaba con sus piernas la cintura del otro procurando el mayor contacto, con los brazos rodeando la espalda del castaño y escondiendo el rostro en la curvatura de su hombro.

El cúmulo de placer estaba a punto de llegar al máximo hasta romper la resistencia de ambos, podían percibirlo en el la tensión de sus muslos y el calor en sus miembros.

La fuente del éxtasis fue liberada en el orgasmo; Changmin llenó el interior de Minho en una última casi violenta estocada mientras que éste culminaba en entre sus abdómenes. El temblor del placer nubló el juicio de ambos, perdidos en la nada y en lo absoluto del momento, incluso la respiración, que era más necesaria, parecía incapaz de tener lugar en ese instante.

Changmin se encontraba de rodillas aún en el interior del moreno y con la mano derecha le hizo flexionar la pierna del mismo lado y le regaló un suave y tierno beso en la temblorosa rodilla; después de abandonar el cálido interior se su amante, removió algunos mechones húmedos de su frente.

***

La noche llegaba en la forma de tintes purpúreos oscureciendo el dorado del día que alcanzaba su fin.

Ambos artistas estaban acostados en la cama envueltos de manera escueta con las sábanas revueltas, impregnadas de amor y pasión. Changmin, con los ojos cerrados, pero sin dormir, acariciaba lánguidamente la espalda de Minho, recorriendo infinitamente su curvatura, disfrutando de monótono sonido de las manecillas del reloj en el mueble al lado de la cama, sin darle verdadera importancia. El moreno abrazaba la cadera del mayor con el oído contra su pecho, mecido por su respiración acompasada y el palpitar de su corazón.

Las horas pasarían, demasiado rápidas y tendrían que regresar a sus vidas públicas, pero la reciente experiencia les había enseñado a valorarse y amarse más. No volverían a dejar que las distancias los hirieran de nuevo, ahora sabían que su proceder no fue el correcto, no debían sucumbir ante la desesperación y lo ajeno a ellos que les impedía estar juntos tanto tiempo como deseaban.

Ahora, entre discretas y a veces no tanto, caricias, miradas y besos fugaces mantendrían en pie su relación hasta que una nueva oportunidad de plenitud otorgada por la privacidad les diera la libertad de expresarse.

~*~*FIN *~*~

Esta bien bonis mi regalo jajaj xD cuidense nos leemos :D


1 comentario:

  1. Waaaaaaaaaa bonito!!!!!! Muchasbfelicidades... que pecioso *0* perdon por la tardanza... ahora en vacas casi no entro... pero medio me aparzco xD
    Tu regalo quedo muy bonito

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