VI
La mansión de Heechul era un
hervidero de personas entrando y saliendo de ella, preocupados por el estado de
salud del menor de los hermanos. Y de Minho. Quien permanecía hoscamente
acurrucado en el techo de la casa por el que subió gracias a una olvidada
escalera en un balcón del ala abandonada. Quizás por ello había tanta tensión.
Una tormenta se había desatado apenas caer la noche y el incesante repiquetear
del agua, el sonido de los relámpagos y los murmullos de las 3 tripulaciones, solo
acrecentaban la desagradable tensión de la situación.
—Bonito el capitán solo se desmayo
¿No quieres verlo?
Minho se había sorprendido al
escuchar la voz de Melanie intentado hacerlo entrar en razón, pero su ira y
confusión eran más tormentosas que sus intentos de hacerlo recapacitar. En esos
momentos prefería morir congelado bajo la lluvia.
—Si bajo y sigue vivo, yo mismo voy
a asesinarlo.
—Minho…—el suavecito sollozó de Eddy
estrujo su corazón y se acurruco más sobre sí mismo y su cuerpo empapado, ya ni
si quiera sentía las gotas bañándolo—. Kibum no puede sacarle la bala del
pecho…