miércoles, 13 de noviembre de 2013

Parte II-II Fly With The Gold.

Fly With the Gold Parte II-II. Pág. [134, 136-141]

Viernes 20 de Octubre, Momo desapareció. Una nota fue dejada en la mesa que decía “Estaré ausente por un tiempo” No tomo su usual bolsa de deportes, solo el último tomo de “Julian el apostata” (1) no estaba.

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—Solo dime para que me llamaste.

—Estuve pensando, Kouda. Fui yo el que decidió dejar que un asesino se nos uniera. Me conformo con eso. Nosotros no terminaremos así.
—Sí.

—Él dijo, 'Estaré ausente’ y se fue, así que el probablemente regrese eventualmente. Yo lo atrapare y lo descubriré.

— ¿Qué?

—Si Momo le hace algo a Kunishima, entonces eso es todo. No creo que pueda hacer mi trabajo con calma después de que el matara a 2 personas.
—...Tenemos mucho que hablar con Momo. Además él sabe mucho.

—No hay nada de qué hablar.
— ¿No hay nada de qué hablar? Si se trata de eso, vamos a hablarle a las autoridades y terminamos con esto.

—Deja de bromear.

—Lo sabes también, ¿No? El tiempo en el apartamento de Momo, esos dos tipos con los que luché no era de seguridad pública. Los oí hablando en coreano. Está bien ¿Kouda? Investigué, y ese "modelo 64" es utilizado por el ejército en el norte. ¿Te das cuenta...? Él es de Corea del Norte. Momo es probablemente un espía que llegó a Japón desde el norte a través de Corea del Sur o algo así. Eso es suficiente para que se convierta en la autoridad sin necesidad de iniciar una pelea —Kitagawa solo dijo eso, a su lado, limpió la cara y las manos de su hijo, que se había cubierto de helado. Kitagawa no estaba tranquilo. Cuando parecía tranquilo, nueve de cada diez veces no lo estaba. Kitagawa era un hombre que compra, valora y utiliza la capacidad de una persona, pero la ira cuando su confianza fue traicionada era terrible en sí misma. Al mismo tiempo, Kitagawa no renuncia incluso cuando esta deshecho hasta los huesos, y por lo que vio Kouda, Kitagawa no tenía el aspecto de abandono. <> significa, <>
Kouda se quedó en silencio y decidió ver lo de la manera de Kitagawa. El haría lo que Kitagawa había pensado hace apenas tres días. Destapar la cubierta de Momo, disciplinarlo y planear para reorganizarse. El tramo, en las fuertes y delgadas manos de Kitagawa, fue poco a poco avanzando. Esas manos que cortésmente limpiaran el helado de su hijo, fueron también los que tomaron unas barras de un billón en oro.
El abuelo estaba sentado en la mesa de la cocina. Una botella de vodka estaba abierta. Sobre la mesa, un plato estaba acostado boca abajo. Además de eso, había palillos bien ordenados y una pedazo de plástico para envolver, así como una botella de salsa de soja.

Momo fue más allá de la puerta corrediza. Hace una hora que habían recibido una llamada del abuelo que él había regresado. Kouda y Kitagawa habían corrido de Suita juntos en taxi. El abuelo no cedió o criticó su intrusión, solo se sentó en silencio. Kitagawa se contuvo y repitió: "Por favor, deje su asiento."
— ¿Usted insiste? —El abuelo preguntó.
—Insisto —contestó Kitagawa.
—Pero ustedes no se ven como si fueran a hablar...
—Está bien, abuelo. Nuestra situación es la siguiente. Estás hablando de la moral, pero es urgente. Piense por favor en la vida de nuestros compañeros que Momo está poniendo en juego. Así que les digo, por favor, no se interponga en mi camino.
Kitagawa se detuvo. Su tono se había vuelto inestable deteniéndose demasiado.
El abuelo agarró la botella de vodka y se puso de pie. Sin decir una palabra, se quedó mirando los ojos a Kitagawa y Kouda. El abuelo agarro su vodka y un paraguas. No había tiempo para pensar ni mirar atrás. Kitagawa había abierto la puerta.
Momo no confeso.
No había duda de que la razón de su desaparición de cuatro días había sido Kunishima, estaba vagamente convencido de eso al final. Varias veces Kitagawa lo golpeó furioso luego lo pateo. Kouda no levantó una mano. Él se mantuvo fuera de la explosión de Kitagawa, abrumado por su fuerza, y no trató de sumarse a la vez.

El sudor corría por la frente de Kitagawa, y la sangre manaba de la nariz y la boca de Momo. Momo no dijo nada, y Kitagawa aflojó su agarre. La creencia de que había matado a Kunishima tambaleó, recuperó, luego se derrumbó. Mientras Kitagawa luchó con desesperación, una bocanada tras otra, continuó respirando. Honestamente, Kouda no lo había contemplado. No estaba seguro de que lo odiara, su corazón se contrajo violentamente con la explosión de Kitagawa, era repugnante y vergonzoso.
Cuando él apartó la mirada, la pistola que había sido mostrada en el final del verano en el astillero parpadeaba frente a ellos. Los dos agujeros negros horribles estaban abiertos en todas partes. El malestar que había desaparecido desde hace mucho tiempo se rompió y dreno la sangre. ¿Por qué Momo le había mostrado el arma homicida? ¿Con qué motivo lo había hecho?
El ya no entendía más. No quería una respuesta. Pero si Kitagawa no hubiera estado allí, probablemente lo habría golpeado el mismo. No había mucha diferencia en la recepción de la violencia y la adición de más. Ambos lo excitaban sin descanso. La bestia jadeaba, se levantó, y la sangre voló. El abrumador hedor de la carne se levantó. Olía a que toda la gente de estas tierras estaba en esta sala.
<< ¡Una tierra sin gente!>>

Cuando Kouda reprimió las palabras que habían brotado de repente, agarró un cojín con el que se sienta y lo tiró.
Kitagawa soltó a Momo. Arrastró a un Momo cuclillas, y después de sacudirlo con fuerza suficiente para romperlo, por fin dijo algo. Puso su cara lo suficientemente cerca de la de Momo para comérselo.
—Sólo voy a decir esto. Momo-san, quieres vivir. Y porque quieres vivir, tú estás pensando en qué hacer con el testigo, ¿verdad? Entonces haz lo que tienes que hacer para vivir. Piensa en cómo vas a vivir. Y haz el trabajo que decidimos. ¿De acuerdo?
Momo cerró los ojos. No dijo sí o no. Kitagawa tiro a Momo a un lado y se puso de pie. Su ira y la desesperación se levantaron con él, y su satisfecho cuerpo se sentía relajado.

—Muy bien, Momo-san. Finalizar checando la salida a la subestación de esta semana. Entonces vamos a suministrar la dinamita. Esta semana. ¿Entiendes?
Kouda salió de la habitación en primer lugar, y se sentó en el barandal del corredor, respiro en el frío de la lluvia. Se sentía como si las cosas que Kitagawa había abierto se habían encerrado en él.
Caminó con Kitagawa a lo largo de la carretera Yotsubashi en silencio durante media hora. ¿Si hubiera caído en desgracia ante los ojos de Kouda? Se encogió de hombros bajo el inusual paraguas.

—Hey Kouda. ¿Piensas que Momo mato a Kunishima?

—No. No se parece de esa manera.

—Tengo esa sensación también... pero pensé que era imposible.

—Pero no sé por qué no lo mato.

—Es verdad, necesitamos buscar a Kunishima.

Entonces Kitagawa, que iba caminando en silencio, de repente se volvió hacia la oscuridad lluviosa y dio un gran golpe con el pie. Maldita sea... su voz quejándose se podía  oír.

—Kouda. Las personas son sólo problemas... después de hacer esto, no necesitamos más de compañeros. Te vas a ir a tu "tierra sin personas" ¿Verdad?

—Yeah.

—Tu siempre dices eso, pero exactamente ¿A dónde iras? ¿Siberia? ¿África? ¿Groenlandia?

—No ahí.

— ¿Entonces dónde?

—Todavía no decido, pero será a diferentes lugares. Ni siquiera yo lo sé.

—Ese lugar debe estar en el lado opuesto del río. Con una gran cantidad de flores.

—Yeah. Eso suena bien —Kouda respondió.

—Bastardo —Kitagawa susurró y comenzó de nuevo, saltar.
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1.- Un libro escrito por Tsuji Kunio, novelista y estudioso francés.




*Trauma* Ese maldito Kitagawa le pego a momo ;O;

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